#ElManifiestoNoticias | Karoline Leavitt acusó a juzgadores de generar una crisis institucional, horas después un tribunal falló a favor del mandatario en un caso de retiros voluntarios
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avivó la guerra declarada contra miembros del Poder Judicial de su país.
La Casa Blanca acusó a los jueces estadunidenses de abusar de su poder bloqueando algunas de las decisiones del presidente Donald Trump.
Hay una crisis que está teniendo lugar dentro de nuestro Poder Judicial, donde los jueces de los tribunales de distrito en distritos liberales de todo el país abusan de su poder para bloquear unilateralmente la autoridad ejecutiva básica del presidente Trump”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Según la funcionaria, “esto es parte de un esfuerzo concertado más amplio por parte de activistas demócratas y no es más que la continuación del uso de la justicia como arma contra el presidente Trump”.
Esta semana, el gobierno federal obtuvo varios reveses en los juzgados, con medidas sobre su decreto de anular la nacionalidad por nacimiento.
Luego de esos pronunciamientos, el líder republicano logró un falló a su favor.
Ayer, un juzgado permitió al gobierno de Donald Trump seguir adelante con un programa de retiro voluntario para trabajadores federales.
Se trata de una medida que podría sacar a decenas de miles de trabajadores de las nóminas del gobierno como parte de un amplio esfuerzo para reducir la administración pública.
El retiro voluntario es una de las medidas que está adoptando el mandatario para recortar una plantilla de 2.3 millones de empleados a la que ha etiquetado de ineficaz y parcial.
También ha ordenado a las agencias gubernamentales que se preparen para recortes de empleo de gran alcance, y varias ya han comenzado a despedir a los recién contratados que carecen de plena seguridad laboral.
Según funcionarios de la Casa Blanca, unos 65 mil empleados federales se habían apuntado a los retiros voluntarios.
Los abogados del Departamento de Justicia de Estados Unidos habían descrito la iniciativa como una salida para aquellos frustrados por los planes más amplios de Trump de reducir el tamaño de la fuerza laboral y poner fin a la capacidad de muchos de trabajar desde casa.
Los sindicatos que representan a los empleados federales argumentaron en su demanda que el programa era “asombrosamente arbitrario” y viola una ley que impide a las agencias gastar más dinero del aprobado por el Congreso.
Los sindicatos y los fiscales generales demócratas han presentado otras demandas que desafían la rápida remodelación del gobierno de Trump y han obtenido algunas victorias iniciales.
En otro caso, cinco sindicatos demandaron para bloquear un posible despido masivo de cientos de trabajadores que se resisten a la presión para aceptar los retiros voluntarios.