#ElManifiestoNoticias | El actor habló sobre problemas de migración que viven miles de personas en Estados Unidos
La incomodidad, la polémica y la violencia de Eddington, de Ari Aster, traspasó la pantalla y se apoderó de la conferencia de prensa de la película en el Festival de Cannes, la cual estuvo repleta de cuestionamientos morales, éticos y políticos para sus realizadores.
La cinta protagonizada por Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, Emma Stone y Austin Butler está ambientada durante la pandemia mundial de covid-19 y narra el enfrentamiento de poder entre un sheriff y un alcalde de un pequeño pueblo de Nuevo México que comienzan una batalla por el poder que los sumergirá en un espiral de violencia.
En el fondo, la cinta cuestiona temas como el racismo, la migración y el movimiento Black Lives Matter que resuenan en la geopolítica actual tras las iniciativas de deportación, aranceles y confrontación política implementadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Escribí esta película en un estado de miedo y ansiedad. Estamos viviendo un experimento que no va bien. Y nadie parece dispuesto a detenerlo”, expresó el realizador, quien en repetidas ocasiones dudó sobre las respuestas que estaba ofreciendo, reformulando sus ideas sobre la marcha.
Pedro Pascal, quien lleva un par de años en la cima de Hollywood gracias a proyectos como The Mandalorian, The Last of Us y, próximamente, Los Cuatro Fantásticos, le puso el pecho a las balas al responder a la pregunta más compleja de la conferencia:
¿Tienen miedo de ser fichados en Estados Unidos por el tipo de películas que están haciendo?
La pregunta flotó en el aire durante varios segundos antes de que el actor chileno, exiliado durante la dictadura militar primero a Dinamarca y posteriormente a Estados Unidos, tomara la palabra.
Yo también he sido un refugiado. Si no hubiéramos encontrado asilo, no sé qué habría pasado conmigo y mi familia.
Por eso creo firmemente en la necesidad de proteger a quienes huyen de regímenes o conflictos. Quiero vivir en el lado correcto de la historia”, señaló el intérprete, quien propuso un par de ideas para no caer en las provocaciones del mandatario de su país y resistir sus embates.
El miedo es la manera en la que ellos ganan, así es que seguir contando historias y seguir expresándonos y luchando por ser quien somos.
Que se joda la gente que intenta asustarnos. Luchemos.
Y en ese sentido, contar historias es la mejor forma de hacerlo. No los dejemos ganar, no los dejemos”, añadió Balmaceda Pascal, cuyas palabras fueron aplaudidas por periodistas de todo el mundo.
Fues hasta entonces que Ari Aster, director de la celebrada Midsommar, logró reaccionar y ponerle un poco de estructura, elocuencia y optimismo a sus palabras.
Para mí la única esperanza es volver a hablar entre nosotros. Conectarnos. Todo lo demás —la desconexión, el aislamiento, la paranoia— sólo nos conduce al desastre. Y si hay salida pasa por ahí”, concluyó.
MADRINA DEL TROFEO CHOPARD
Después de varios años de ausencia, Angelina Jolie regresó al Festival de Cannes para amadrinar la gala del Trofeo Chopard, que entregó a la actriz francesa Marie Colomb (As bestas) y al actor británico Finn Bennett (True Detective, Warfare: tiempo de guerra).
La edición 25 del galardón, que año con año es entregado a las nuevas promesas actorales de la industria, se realizó la noche del viernes en una lujosa cena en la playa del Hotel Carlton, que tuvo como anfitriona a Caroline Scheufele, la copresidenta y directora artística de la firma de joyería suiza.
Fue una noche muy especial, muy emocionante y muy poderosa”, expresó Marie Colomb, quien recibió el trofeo de las manos de Angelina Jolie.
Al principio estaba muy nerviosa porque se trataba de Angelina, pero ella fue muy amable, muy generosa con sus palabras y muy inspiradora, hablamos de cine, de la vida y hasta de nuestros perros”, precisó la intérprete Marie Comb
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Entre las figuras que asistieron a la premiación destacó la presencia de Iris Knobloch y Thierry Frémaux, presidenta y director artístico del Festival de Cannes, respectivamente, así como las actrices Juliette Binoche, Carla Bruni, Halle Berry y Alba Rohrwacher; los directores Payal Kapadia, Carlos Reygadas y Quentin Tarantino.
Desde su creación en 2001 por Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, el Trophée Chopard ha sido un símbolo del constante cariño de la maison por el cine y su compromiso con el desarrollo de talentos emergentes. Forma parte integral del calendario oficial del festival, y se entrega cada año a una actriz y un actor prometedores en una elegante cena en la Croisette.
Entre los laureados con este trofeo se encuentran Marion Cotillard, Adèle Exarchopoulos, Gael García Bernal y Mike Faist.