#ElManifiestoNoticias | Un meteorólogo ha advertido sobre las posibles «guerras climáticas» entre países si la práctica de la «siembra de nubes» se descontrola, tras las inundaciones en Dubái.
Un meteorólogo ha advertido sobre las posibles «guerras climáticas» entre países si la práctica de la «siembra de nubes» se descontrola, tras las inundaciones en Dubái que generaron preocupaciones sobre la manipulación artificial de las precipitaciones.
Johan Jaques, meteorólogo de la empresa de tecnología ambiental KISTERS, señaló que el uso de esta tecnología, aunque relativamente nueva, podría tener «consecuencias no deseadas» que podrían conducir a una «inestabilidad diplomática».
«Al interferir con los patrones naturales de precipitación, desencadenamos una cadena de eventos sobre los que tenemos poco control», afirmó Jaques.
De acuerdo con el experto, la manipulación del clima también plantea diversas cuestiones éticas, dado que alterar el clima en un país podría tener impactos potencialmente catastróficos en otro, al explicar que el clima no respeta fronteras internacionales.
En medio de las preocupaciones sobre el cambio climático y su manipulación han recibido atención después de que las inundaciones en Dubái causaran graves daños a la infraestructura de la ciudad.
Los Emiratos Árabes Unidos sufrieron inundaciones catastróficas esta semana, que afectaron al aeropuerto y a muchas carreteras, lo que obligó a la cancelación de decenas de vuelos mientras los viajeros intentaban refugiarse del aguacero torrencial.
Videos compartidos en redes sociales mostraron cómo los autos se llenaban de agua, obligando a cientos de conductores a abandonar sus vehículos y nadar hacia un lugar seguro.
Estos daños fueron causados por lluvias torrenciales repentinas, con más de 142 mm que cayeron sobre Dubái en solo 24 horas, la cantidad que la ciudad normalmente esperaría recibir en un año.
Este evento climático extremo ha generado preocupaciones sobre la siembra de nubes, un proceso utilizado desde la década de 1940 en el que aviones equipados con bengalas especiales liberan sal en las nubes para inducir la lluvia.